Y no sabemos donde están los terroristas, si están en el norte o en el sur, o si están gobernando las naciones, o derribando edificios y secuestrando personas en las selvas amazónicas, no entendemos y no hacemos nada para entender. Resulta increíble comprender como es que ante tantas adversidades que se manifiestan en nuestro presente las voces se ausentan y el silencio se hace eco. Donde esta nuestra participación, nuestra solidaridad, nuestra caridad, donde están los valores sobre las cuales se basaron los patriotas creadores de nuestra nación, es que quizás soy ciego, o es que permanecen escondidos bajo las mantas de la tiniebla.
Ruben Dario
¿Que por qué así? No es muy dulce
la palabra, lo confieso.
Mas, de esa extraña amargura
la explicación está en esto:
después de llorar mil lágrimas
ásperas como el ajenjo,
me alborotó el corazón
la tempestad de mis nervios.
Siguió la risa al gemido,
y a la iracundia el bostezo,
y a la palabra el insulto,
y a la mirada el incendio;
por la puerta de la boca
lanzó su llama el cerebro,
y en aquella noche oscura,
y en aquel fondo tan negro,
con la tempestad del alma
relampagueó el pensamiento,
y les salieron espinas
a las flores de mis versos.
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Y no sabemos donde están los terroristas, si están en el norte o en el sur, o si están gobernando las naciones, o derribando edificios y secuestrando personas en las selvas amazónicas, no entendemos y no hacemos nada para entender. Resulta increíble comprender como es que ante tantas adversidades que se manifiestan en nuestro presente las voces se ausentan y el silencio se hace eco. Donde esta nuestra participación, nuestra solidaridad, nuestra caridad, donde están los valores sobre las cuales se basaron los patriotas creadores de nuestra nación, es que quizás soy ciego, o es que permanecen escondidos bajo las mantas de la tiniebla.
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