lunes, 7 de junio de 2010

PSICOLOGIA DEL FUMADOR


Por: MISHAEL ABDEL-HAMEED\
Director de la Clínica TABASTOP 
Alicante


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Con el hábito de fumar, sucede un fenómeno particular: Se piensa que los hábitos tienen que afectar por igual a todos los individuos, a pesar de vivir en una sociedad tan diversa como la nuestra. Es algo así como pensar que personas diferentes, tengan comportamientos y reacciones iguales. La sociología colectiviza a los seres humanos, mientras que la psicología los analiza y diferencia.

El Hábito de Fumar


La dependencia que crea el uso del tabaco (dependencia neuromuscular), nos lleva a definir el fumar como un habito y no como un vicio. Diremos así mismo que los alcaloides que el tabaco contiene, nos permiten agruparlo entre las drogas; aunque la Organización Mundial de la Salud lo defina como "droga menor".

El Real Colegio de Médicos de Londres, reconoce que el tabaquismo es una drogodependencia, y define el hábito tabáquico como "el estado de quien está haciendo algo, no porque ese algo le satisfaga, sino porque no hacerlo resultaría francamente insatisfactorio".
En la instauración del hábito de fumar, hay una primera fase de iniciación, motivada fundamentalmente por factores externos, y una segunda fase de afirmación, en la que priman las causas internas.

El doctor Johnson escribe: "Las cadenas del hábito son demasiado débiles para sentirlas, hasta que se hacen demasiado fuertes como para poder romperlas." Los comienzos del fumador no son agradables, y la iniciación en el hábito se realiza "a pesar de..." Luego viene la dependencia psicológica y física; la necesidad que debe ser satisfecha; la dosis de droga que necesitan las neuronas para mantener su nuevo nivel de estímulo ¡Ha nacido el hábito! A partir de ese momento, el problema no es continuar fumando, sino cómo dejar de fumar.

Los factores de dependencia

A veces nos asombra la facilidad que algunas personas tienen para controlar una drogodependencia como es la del tabaco, frente a aquellas otras para quienes resulta una empresa casi imposible. Los factores que determinan la dependencia de un fumador al tabaco son muy complejos, pero podemos sintetizarlos de la siguiente forma:

· Factores internos: Tomando como referencia los estudios hechos por Eysenck, - sin duda los más serios que existen-, y describiendo la personalidad en términos de introversión/extroversión, encontramos que los extrovertidos son más dados a fumar cigarrillos, y además en mayores cantidades, mientras que los introvertidos fuman más en pipa.

· Factores externos: D.W. Forrest reconoce en la curiosidad del niño, el factor máximo de iniciación en el hábito de fumar. En un informe del gobierno federal alemán sobre el tabaco, dice así: "Existe una fase inicial del fumar, en la que los niños, casi siempre en grupos de amigos, imitan por curiosidad, y por afán de igualarse a los adultos que fuman." Las presiones del grupo social sobre el individuo, especialmente en niños y adolescentes, es otro factor externo decisivo para la iniciación de costumbres, comportamientos y hábitos como el de fumar. Los ídolos juveniles y aquellos a quienes admira (cantantes, artistas, políticos, científicos, etc.), despiertan en el adolescente un deseo de imitación incluido el hecho de fumar, con todo el ritual que conlleva. Esto muestra la responsabilidad que tienen las personas públicas en la inducción de un comportamiento social determinado, como es el hábito de fumar.

Tipos de fumadores

El Real Colegio de Médicos de Londres, a raíz de un estudio hecho sobre las posibilidades que un fumador tiene para abandonar el tabaco, dividió a los fumadores en dos grupos:

Los fumadores disonantes lo hacen por una necesidad interna. Son los que más desean abandonar el hábito de fumar, pero también los que mayores dificultades encuentran para hacerlo. Suelen ser personas introvertidas, para quienes fumar representa un apoyo psicológico. Objetivamente comprenden que el tabaco es perjudicial para su salud, pero subjetivamente no se atreven a consumar una ruptura, por temor a que ésta pueda afectar a su equilibrio psicológico.

Los fumadores consonantes, el tabaco es un medio de relacionarse socialmente. Le es muy útil para iniciar un diálogo o una entrevista de negocios. Suelen ser extrovertidos, comunicativos y alegres, y no muestran un deseo serio y razonable de abandonar su hábito. Aunque no quieren dejar de fumar, si se lo propusieran, podrían hacerlo con mayor facilidad que los disonantes. Si nos quedáramos aquí, el cuadro sería deprimente: un tipo de fumador, quiere dejar de fumar, pero no puede; el otro tipo, no quiere dejar de fumar, pero podría hacerlo si se lo propusiera. Felizmente, esto no es necesariamente así: el disonante puede dejar de fumar cuando se le ofrecen otros apoyos para su personalidad menos dañinos que el tabaco. El consonante puede dejar de fumar al ofrecérsele otras motivaciones más importantes que las meras relaciones sociales. Así pues, podemos decir que cada fumador, si quiere, puede dejar de fumar.

Terapias de apoyo

Cualquier método que se ofrezca para dejar de fumar, no tendrá más valor que el de un simple apoyo para lo que es fundamental: la propia decisión de dejar el tabaco, basada en el conocimiento de la malignidad de su uso. La dependencia puede ser vencida adquiriendo esa decisión de renuncia previa, firmemente apoyada en la seguridad de que el " tabaco me perjudica, y nada positivo aporta a mi auténtica calidad de vida". Es curioso observar cómo los individuos de personalidad extrovertida, se hacen más fácilmente adictos al tabaco; pero son también ellos, los que con mayor facilidad abandonan el hábito cuando se convencen de que deben hacerlo. Sucede a la inversa con los introvertidos: suelen fumar menos, pero su dependencia es mayor.

Conclusiones

1ª. Hay diferentes tipos de fumadores, en quienes el arraigo tabáquico produce también diferentes niveles de dependencia.

2ª. El fumar es un hábito que alcanza el grado de drogadicción por los alcaloides que contiene el tabaco.

3ª. El hábito tiene dos fases bien diferenciadas: la iniciación y la afirmación. En la primera etapa, inciden más los motivos externos (sociales), y en la segunda los internos (psicofisiológicos).

4ª. Los factores internos de dependencia son aquellos que dependen de las características psicológicas del individuo fumador. Los factores externos hacen referencia a la influencia de los padres, los grupos de presión social, y los "modelos juveniles" de la publicidad.

5ª. Al hábito de fumar se accede a pesar de cuán negativos resultan los efectos iniciales del tabaco sobre el organismo.

6ª. Son fumadores "disonantes" aquellos que mantienen el hábito por causas internas (como una afirmación de su personalidad); son "consonantes" aquellos que fuman por causas externas (fumadores sociales).

7ª. Para todos es posible el abandono de la tabacodependencia, si se encuentran poderosas motivaciones que hagan firme la decisión. Por eso en nuestros centros anti-tabaco hacemos repetir al fumador: "si quiero, puedo".

8ª. Todo ser humano, por el hecho de serlo, está dotado de capacidades intelectivas y emocionales que, debidamente utilizadas, lo capacitan para el triunfo sobre cualquier hábito o dependencia.

9ª. Y por último, la limpia bocanada de libertad que respira quien deja definitivamente de fumar, le abre un camino de nuevas posibilidades, de nuevas conquistas en el control de sí mismo y de los demás.

Como decía un famoso médico, "La desintoxicación lleva la paz al ex-fumador; la paz y un maravilloso aporte de salud".

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